martes, 31 de diciembre de 2013

La cuenta atrás


Quedan menos de 24 horas para finalizar el 2013, un año raro. 365 días en los que las portadas de periódicos, noticieros de radios y televisiones, y medios digitales se han visto inundados por la corrupción, el abuso de poder y la manipulación, entre otros asuntos. Hemos visto y oído como miembros de la Familia Real se han aprovechado de su situación y han salido -hasta ahora- impunes de todo crimen; como el Gobierno intenta volver al pasado con el anteproyecto de ley del aborto aprobado el pasado viernes; y como todos los españoles debemos pagar la deuda pública de los bancos. También, hemos presenciado el cierre en directo de una televisión pública, Canal 9, y de cómo nuestra profesión intenta verse mermada por personajes donde la vocación de este bonito trabajo se les quedó olvidada en las aulas universitarias; aulas que muy pocos estudiantes podrán pagar si siguen las tarifas abusivas de las entidades públicas -ojo, que he dicho PÚBLICAS-. Pero no ocurre absolutamente nada, porque a los jóvenes nos gusta tener una carrera universitaria y trabajar de camarero en el extranjero.
Eso sí, una cosa es irse y otra hacerse, no vayamos a perder las buenas costumbres españolas como el jamón, la siesta o los toros. Si hay gente que se muere de hambre y le multan 700 euros por rebuscar en la basura, España es así, un país en el que "mola" más luchar hasta que no te queden fuerzas.
Con todos estos argumentos, no intento dar un discurso antipatriótico, ni mucho menos. Estoy orgullosa de quién soy y de haber nacido donde he nacido, pero parte de todo ello es gracias a mi familia, amigos y grandes personas de las que me he rodeado. Es gracias a mi educación en escuelas públicas y a mi formación en universidades de la misma índole. Y es gracias a que intento no rendirme, como miles de jóvenes, ante las trabas que nos encontramos al salir de la facultad.
Porque, visto lo visto, hasta la ilusión en la Navidad se ve mermada; ese pasotismo de la mayoría de la población española lo vemos reflejado en cualquier situación cotidiana, personas cercanas que no se inmutan y que tienen "más cara que espalda". Así nos va -curiosamente, la ideología de éstas suele ser de derechas, no generalizo, sólo digo lo que conozco-. Pero vamos, que la izquierda del PSOE no es mucho mejor, ¿oposición?, ¿dónde?
En fin, lo que no nos podrán quitar nunca es nuestra libertad de expresión -¡ni con camiones cisterna!-, por la que seremos capaces de saltar montañas y por la que, algún día, lograremos que todo vuelva a la normalidad, y en la que todos estaremos orgullosos de no hacernos a nada.


Feliz 2014