miércoles, 30 de noviembre de 2011

Las pequeñas cosas

Escribo esta entrada escuchando a un gran Omar Sosa, un placer sentir la música mientras fluyen los huesos y los músculos en este teclado de ordenador. A veces, es bueno mirarnos hacia dentro y ver lo grandes que podemos llegar a ser, porque en estos tiempos que vivimos, estamos más pendientes de lo que ocurre en el exterior: mercados, crisis, política... pufff, puff, pufff... ¡Basta ya! Vamos por una vez, una sola vez, a pensar en esas cosas pequeñas que nos ocurren en la vida, a esos momentos que nos reportan una felicidad completa. Un paseo en bici por la ria, un bebé que te sonríe, correr por un paso de peatones cuando el muñequito parpadea, andar haciendo ziz-zag por la calle y reirte de la situación, que el camioncete de la limpieza te barra un pie o salir de casa y que el vecino te grite ¡Buenos días!... No sé, puede que sea esa nostalgia de la infancia, en la que una pequeña cosa te parecía lo más grande del mundo ¡Y no estaba tan mal! Y creo que todavía es eso lo que me queda de mi niñez, lo que a muchos les parece una "chorrada" a mi me hace una ilusión tremenda; así que, pensándolo bien, me voy a quedar con eso, porque, aunque la inocencia la perdemos según nos van "dando palos" por la vida, siempre podemos guardar una pequeña parte, aunque sea escondida en una cueva con una vela encendida.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Hago radio, pues existo

La radio no está muerta, de hecho, está muy viva. Pertenezco a una generación en la que la TV e internet se han comido a este gran medio, ya no está de moda cerrar los ojos y dar paso a la imaginación. Sin embargo, Long Live the Radio.

Digo esto porque acabo de vivir dos de los días más importantes de mi vida a nivel profesional. Escuchar a grandes comunicadores hablar sobre qué es la radio, qué significa y si está muerta, me ha animado e ilusionado mucho más por cumplir mi sueño. 

Ayer llegaba a casa con un subidón que no me lo creía. El jueves y el viernes se celebraron unas jornadas de radio en la UPV/EHU. Además de las grandes conferencias que se dieron lugar en el auditorio, el jueves por la noche nos invitaron a una fiesta en la EITB, en la que nos lo pasamos genial bailando temazos de grandes artistas como Raphael o Manolo Escobar, con los profesores e invitados al congreso.

Pero lo mejor de todo, es que entre los asistentes al evento se encontraba Javier Gallego, crudo, (para los que no sepáis quién es, escuchad Radio3 a las dos de la tarde de lunes a viernes) al que considero una de mis referencias para el día de mañana. Conversé con él, le felicité por el pedazo de programa que hace y, con una sensación de morro-vergüenza le di mi currículum. Gallego me prometió intentar algo y nos dimos suerte mutua para el futuro (ahí mi admiración por su persona, porque, además de ser un gran periodista, es un gran tipo). Durante su charla Afilando la Radio, nos adentró en un gran mundo imaginario, cerrando los ojos y sucumbiendo a los encantos de las ondas.
En esa misma charla también participó Juan Carlos Ortega, otro crack. Comenzó su ponencia con un transistor y terminó con una caja vacía; porque la verdadera radio es en la que uno guarda lo más bonito de la vida (tengo que confesar que me emocioné un poquito).

Hubo otras charlas, y muy interesantes, como la de Pedro Martínez Pírez (director de Información y Subdirector General de Radio Habana Cuba), Tim Wall (professor of Radio and Popular Music Studies), Kilian Sebria (Catalunya Radio), la videoconferencia sobre la contrainformación y la sección en directo que nos ofrecieron Angel Alkain y Aitor Gabilondo (Radio Euskadi).

Así que, después de este cúmulo de buenas sensaciones, en estos momentos puedo decir que tengo una ilusión tremenda por la que será mi futura profesión. Y no, no tengo pájaros en la cabeza, por mucha crisis que haya lucharé por mi sueño y por el de aquella chica que con 14 años decidió ser periodista.


Con Javier Gallego en la EITB
Con Juan Carlos Ortega en la universidad

lunes, 21 de noviembre de 2011

La jornada postreflexión

Tenemos nuevo presidente del gobierno. Su nombre lo conocemos todos, nosotros, Europa y hasta Obama: Mariano Rajoy. No han pasado ni unas horas y ya hay quien pide su dimisión, tiempo al tiempo; si no lo hace bien, pues habrá que pedirla, todo cae por su propio peso.
Pero como hoy todos los medios de comunicación hablan de derrotas, triunfos, mayorías... yo me voy a centrar en otra cosa, el respeto político y la verdadera educación democrática. Ayer me llamaban tirana por expresar lo que pienso, ¿eso es periodismo? ¿Discutir de forma sana implica faltar al respeto?
Lo que ocurre en este país, es que los políticos han creado un ambiente de odio entre las personas que no tienen las mismas ideologías, el ejemplo claro es PP y PSOE. Sin embargo, muchas otras odian a los nacionalismos porque creen que la causa por la que luchan no es justa. Yo no soy nacionalista, tal vez porque soy de Cuenca y no hay una cultura basada en esa idea, pero sí creo que mi pueblo, ciudad y comunidad tienen valores culturales que han sido disuadidos por intereses económicos y políticos. Y digo yo, ¿por qué si la política nos está haciendo tanto daño no educamos a nuestra sociedad en el respeto y la igualdad de todas las culturas? ¿Por qué vivir en continuo odio y no en mutua colaboración? Por ello, hace falta una renovación en la educación, enseñar a las futuras generaciones el respeto y, sobretodo, la capacidad crítica de decisión y de pensamiento político. Sólo así iremos hacia delante.

domingo, 20 de noviembre de 2011

#20N

20-N. Información por un tubo. Nuestros líderes van a sus colegios electorales y yo en casa, claro está, porque ya voté por correo. Sigue la información, minuto a minuto, valoraciones, tantos por cientos, curiosidades de la jornada... en fin, un día normal. Muchos son los que creen que no se va a solucionar nada o que vamos a ir a peor, pero, ¿y si por casualidad cambia algo, unos escaños, y avanzamos hacia una democracia real? Podría ser, podría ocurrir. Y habrá más información: el ganador, el perdedor, las sorpresas (si las hay), las abstenciones, las reclamaciones... y más porcentajes. Y pasarán los días... se hablará de la crisis, el empleo, el paro... en fin, lo de siempre. Y todavía pienso que algo podría cambiar, que podemos ser testigos de algo muy grande, de un cambio en la mentalidad de todos y de todas, un cortocircuito que deje las mentes en blanco para que podamos pensar con claridad, y así dejar de lado las "tonterías" y centrarnos en lo importante, que por pensar en pequeñeces estamos contribuyendo a que los "grandes" se aprovechen de nosotros, a que el "tiburón" devore todo el océano. Así que, ahora sólo queda esperar más información, ver lo que pasa y actuar en consecuencia con las injusticias y desigualdades que ocurran; porque, para equivocación de muchos, el mal de este país no son los nacionalismos o independentismos, sino ese núcleo de "personalidades" que engrandecen el odio de toda la población para crear sus propios paraísos fiscales bajo su colchón. Por ello, espero formar parte del cambo, poder vivirlo y contarlo como periodista.