sábado, 4 de febrero de 2012

El signo cambiado

En este mundo extraño, del que sólo somos dueños de una pequeña porción, aunque suficiente para dominarnos a nosotros mismos, no podemos explicar ciertas conductas u opiniones que puede que de tan favorables y positivas, se conviertan en negativas. El signo cambiado, en efecto.

Extrañamente hay sensaciones y no actos. Esos no actos son positivos en su momento, pero tremendamente negativos cuando despiertas una mañana y te das cuenta de los no actos, del signo cambiado. En efecto.

Las luces que alumbran una habitación oscura, no es luz, sino soledad. Pero hay oscuridades mucho más alumbrantes que destellan mundos inimaginables, o imaginales. Sólo hay que cambiar el signo.

Montones de signos cambiados vagabundean por el universo y nosotros, pasmados, dejamos pasar. El miedo no es miedo si lo convertimos en locura. La ira no es ira si es comprensión. El afecto no es afecto si es pasión. 

Mira fijamente y siente a tu alrrededor cuán signos andan en el momento. Elige bien, pero, sobretodo no te pares ante nada ni nadie. El peor consejo que podría darte es que no lo hagas; porque quien no arriesga, no gana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario