lunes, 21 de noviembre de 2011

La jornada postreflexión

Tenemos nuevo presidente del gobierno. Su nombre lo conocemos todos, nosotros, Europa y hasta Obama: Mariano Rajoy. No han pasado ni unas horas y ya hay quien pide su dimisión, tiempo al tiempo; si no lo hace bien, pues habrá que pedirla, todo cae por su propio peso.
Pero como hoy todos los medios de comunicación hablan de derrotas, triunfos, mayorías... yo me voy a centrar en otra cosa, el respeto político y la verdadera educación democrática. Ayer me llamaban tirana por expresar lo que pienso, ¿eso es periodismo? ¿Discutir de forma sana implica faltar al respeto?
Lo que ocurre en este país, es que los políticos han creado un ambiente de odio entre las personas que no tienen las mismas ideologías, el ejemplo claro es PP y PSOE. Sin embargo, muchas otras odian a los nacionalismos porque creen que la causa por la que luchan no es justa. Yo no soy nacionalista, tal vez porque soy de Cuenca y no hay una cultura basada en esa idea, pero sí creo que mi pueblo, ciudad y comunidad tienen valores culturales que han sido disuadidos por intereses económicos y políticos. Y digo yo, ¿por qué si la política nos está haciendo tanto daño no educamos a nuestra sociedad en el respeto y la igualdad de todas las culturas? ¿Por qué vivir en continuo odio y no en mutua colaboración? Por ello, hace falta una renovación en la educación, enseñar a las futuras generaciones el respeto y, sobretodo, la capacidad crítica de decisión y de pensamiento político. Sólo así iremos hacia delante.

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