miércoles, 7 de noviembre de 2012

Legalizar lo habitual

Hemos llegado a un punto en el que algunos colectivos españoles están locos. En estos días hemos vivido en España la espera por la respuesta del Tribunal Constitucional ante el recurso presentado por el PP sobre ilegalizar el matrimonio homosexual. Gracias a la coherencia de la mayoría de los magistrados (que no de dios) y al anuncio del ministro Gallardón de respetar la decisión del Constitucional, la ley de 2005 se queda tal y cómo está; así que es un alivio saber que mi país no retrocederá en este aspecto.
Cuando le he contado esto a mi familia holandesa, la respuesta ha sido: "Your goverment are crazy?" -"Yes, of course!".Sí, el PP está loco si pretende que puede cambiar lo que ya es normal, si pretende imponer su forma de pensar a los ciudadanos; por lo menos es satisfactorio saber que un gran porcentaje de políticos conservadores apoyaban la ley. Lo que ocurre es que Holanda es un país en el que sus habitantes tienen una forma de pensar muy abierta a todo.
Tal y como dijo el abogado del Estado: "la ley no contiene un concepto de matrimonio" sino "que se limita a reconocer el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio en plena igualdad jurídica, con la evidente finalidad de consagrar la plena igualdad de la mujer e el matrimonio, rompiendo así con una tradición secular".  El artículo 32 de la Constitución "no prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo, simplemente no se refiere a él".


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